viernes, 22 de enero de 2010

El crimen de la Navidad


No hablo ya de fin de una festividad religiosa, ni de que la gente ve en estas fiestas sólo vacaciones, comida, regalos y excesos.
Quiero habla del crimen que se comete al arrebatar la vida a un ser vivo sólo por el mero hecho de lucro y decoración.
El perder a un árbol, a un abeto concretamente.
El abeto a crecido durante 5 años en tierra junto a sus congéneres, a sido descepado y enclaustrado en una maceta durante dos años.
y en 15 días de inverno lo adornan con 4 bolitas y 4 lazos rojos, y lo dejan morir lacónicamente en la calle.
Poco a poco se queda calvo; su verde se apaga y se momifica; y como al comerciante que lo a tenido se lo dan "gratis", ni lo riega ni lo cuida (suerte tiene el árbol que ve nevar o llover, pero es alargar su angustia 2 días más).

Por suerte no todos acaban así, hay comerciantes que se lo llevan o regalan, y lo plantan en su finca o pueblo. Como se despide triste este árbol de sus amigos que corrieron mejor suerte.
Hoy estará formando parte de esa basura que se triplica o cuadriplica en estas fechas tan asonantes con lo que la festividad celta, y festividad religiosa daban al solsticio de invierno.
Pido desde aquí que en las futuras Navidades de 2010 no se usen abetos vivos, compren uno de plástico y lo usen durante esas fechas y las futuras.
Olviden el consumismo y piensen en la fe religiosa, o como yo en la celta, donde el 23 de diciembre el sol termina de menguar su tiempo de horas de luz y aumenta paulatinamente hasta la primavera y el verano.
No más crímenes de árboles en las vacaciones de invierno.